Violencia
El primer paso de sanar la violencia es reconocer la violencia interna, esa que ejercemos a nosotros mismos sin piedad, ni compasión, nos juzgamos seriamente y es así que no tenemos la más mínima consideración con los demás, pues no somos capaces de tenerla ni con nosotros; es el sentimiento de no ser merecedores de amor y lo externamos hacia los demás. La realidad del mundo resuena con nosotros y se nos manifiesta enfrente como espejo para que nos veamos reflejados. Cuando